Aquí tenemos a la flamante (y merecida) novela ganadora del XXIII Premio de Novela Histórica Ciudad de Cartagena. Así que ya podemos esperar que no estamos hablando de una novela cualquiera.
Pero antes de hablar de Lordemano, me gustaría hablar un poco de su autor.
José Zoilo
José es mi alma gemela. Él no lo sabe, pero yo sí.
¿Por qué hago esta afirmación tan rotunda de alguien a quien aún no tengo el gusto de conocer? Bueno, no hay más que ver acerca de qué escribe:
- Saga de Attax, el alano. Una trilogía ambientada en la Hispania del siglo V. Para mi vergüenza, la tengo pendiente de lectura, pero la temática me fascina por tratarse de una época muy poco documentada e igualmente poco tratada en la literatura.
- El nombre de Dios: ambientada en la batalla de Guadalete (los que me conocéis sabéis que yo también he escrito al respecto).
- Lordemano: ahora lo veremos en profundidad, pero hablamos, sobre todo, de vikingos en el reino de Asturias. Y también he escrito al respecto.
No sé cuáles serán los próximos proyectos de José Zoilo, pero viéndome tan reflejado en sus gustos, no me extrañaría que entre ellos estuviese alguno dedicado a la piratería en el Caribe español.
Además, leyendo la biografía de su web, es curioso cómo ambos tenemos formación científica y trabajos que nada tienen que ver con la literatura, pero pasión por la escritura y la Historia. Así que estoy deseando coincidir con José en algún evento, aparte de para conseguir su firma, para ver si podemos charlar de aquello que es evidente que nos gusta a ambos.
En fin, tras «sólo» cinco títulos publicados, José Zoilo colecciona varios premios y buenas críticas, convirtiéndose en un referente. Para mí, es uno de los dos escritores de novela histórica a los que hay que seguir, junto con David B. Gil (del que hablaré próximamente).
Hablemos ya de Lordemano.
Lordemano, que significa normando
Yo no lo sabía. Lo del significado, digo. Así que esta novela cumple, ya desde su título, uno de los requisitos necesarios de cualquier novela histórica: el educativo. Si queréis saber más sobre el significado de «lordemano», aquí os dejo un interesante artículo que, por cierto, trata el hecho de que en León hay una pedanía de nombre Lordemanos.
El caso es que, como ya dije antes, Lordemano trata, en buena parte de la novela, de vikingos en el reino de Asturias. Aunque, para ser justos, hay más escenarios, como Pamplona o Irlanda. Como he dicho en otras ocasiones, a todo el mundo le gustan los vikingos (si nuestros antepasados nos oyesen…), ¿no es así? Pero si además los metemos de lleno en un marco tan rico y, por desgracia, desconocido como es el de las vicisitudes del reino de Asturias, la cosa sólo puede salir bien.
No, esto último que he dicho no es cierto. Hay que tener bastante maestría narrativa para que la historia sea coherente, mantenga el interés del lector, y al mismo tiempo resulte didáctica. No es nada fácil que el plato resultante sea bueno, aunque los ingredientes sean, en principio, inmejorables. Pues bien, José lo consigue: la historia de Hrolf, el protagonista, es una historia bien hilada, con personajes interesantes y su buena dosis de aventuras, pasiones y venganzas. Y al mismo tiempo, veremos pasar sucesos históricos tan interesantes como la repoblación de León, la batalla de Toledo, las vicisitudes del rey García de Navarra, y por supuesto las incursiones vikingas en Galicia.
Quiero resaltar lo complicado que ha debido ser para José entremezclar las costumbres de un pueblo como el vikingo con las de los pobladores de la península en la época del rey Ramiro. Y es que en Lordemano encontramos representación de varios pueblos. Los cristianos del norte, con su forma de vivir particular, dedicados a la supervivencia frente al poder de Al-Ándalus, y con toda la importancia que tenía la fé. También encontramos, aunque pocas, referencias a los musulmanes, aunque éstas nos llegan de refilón, porque apenas hay personajes moros, y los pocos que aparecen no tienen mucha relevancia. Y por supuesto, los vikingos, con sus duelos rituales, sus tatuajes, sus creencias religiosas, su concepto del honor, sus ritos funerarios, su estructura social… por motivos evidentes, es la cultura que más vemos representada en la novela.
Alguna vez he contado que, de pequeño, mi padre me contaba cómo, en la playa de San Lorenzo de mi querida Gijón, los vikingos llegaron con sus drakkars. Aunque no ocurre tal cosa en la novela, José deja claro que se ha documentado bien, entre otras cosas por la inclusión de unas notas históricas al final, muy interesantes, y que a mí me parecen obligatorias en cualquier novela histórica.
No quiero terminar sin resaltar otra cualidad que hace que esta novela esté especialmente adaptada a mis gustos, y es el origen irlandés del protagonista. Vikingo, sí. Pero proveniente de uno de los asentamientos de este pueblo en Irlanda. El que me conoce también sabe lo que me gusta aquella isla y su historia. Sin ir más lejos, la ciudad de Dublín tiene origen normando (Dyflin, en sus orígenes). Esto ya no es que sea un mérito de la novela, pero para mí es un gusto extra.
En fin, Lordemano es una maravillosa novela de aventuras, que deja constancia de la buena mano del autor para contarnos este tipo de historias, y cuya temática enamora ya desde el título.
Por ponerle un único pero, me ha faltado algo de intensidad en la escena que sirve como desenlace de la novela. Pero no puedo profundizar en esto sin entrar en spoilers, así que le dejo al lector que lo lea y juzgue por sí mismo.
Lordemano es una lectura muy recomendable, digna merecedora de los premios que ha ganado.
¿Te ha gustado el artículo? ¡Me alegro! Pues a cambio, puedes hacerme un sencillo favor:
- Compártelo en las redes sociales. Un simple clic en el icono correspondiente.
- Deja un comentario. ¡Los respondo todos!