¡Que salga la Hermandad del Cristo Negro! ¡Dios lo quiere así!
No tenemos que irnos a misteriosas y espectaculares (y poco creíbles) películas de Hollywood para ver una de esas escenas cargadas de misterio, de oscurantismo. De leyenda.
Una de tantas asociadas a los Templarios, esa Orden de caballeros que todo el mundo conoce, no sólo por su imagen, sino sobre todo por sus secretos, sobre los que muchos de ellos nunca conoceremos la verdad. Y que fueron la excusa para ordenar su eliminación.
En esta ocasión la tenemos muy cerca: en Cáceres. Y aunque este año no se podrá ver, me imagino, por motivos pandémicos, es una escena habitual en la Semana Santa. Así que estas fechas son muy adecuadas para revisar esta leyenda… entre otras.
Ya sé que éste no es precisamente un tema de historia bélica. Pero aparecen Templarios, ¿qué más quieres?

La Cofradía del Cristo Negro de Cáceres
Año 1307. El rey de Francia, Felipe IV «el Hermoso», lleva ante el tribunal de la Inquisición a un grupo de caballeros templarios para ser juzgado y condenado por supuestos crímenes en contra de la cristiandad. Es viernes 13 de octubre, y este hecho será, precisamente, el que marque la tradición de que los viernes 13 se asocien a días de mala suerte.
La maniobra se ampara en supuestos actos de herejía que, bajo torturas, llegaron a confesar algunos caballeros. De hecho se descubrieron inquietantes ritos, como el de la figura del baphomet, o la supuesta adoración a la cabeza de alguien, especulándose que podría ser la de Juan el Bautista. Pero no me voy a meter en este charco, hay ríos de tinta al respecto y no dejan de ser leyendas.
La más probable realidad es que Felipe pretendiese quedarse con el pastel de la Orden del Temple en Francia, que era bastante suculento, y cancelar la deuda que con ella tenía. El papa Clemente V nunca creyó tales acusaciones de herejía, pero cedió a la demanda del rey Felipe, más poderoso que él, y admitió la disolución de los templarios para evitar un cisma en la Iglesia Católica. Así se demostró no hace mucho (2007) tras el análisis del pergamino de Chinon.
Por cierto, que Jacques de Molay, último Gran Maestre templario, a punto de ser quemado en la hoguera, maldijo tanto a Felipe como a Clemente con estas palabras: «antes de un año yo os emplazo para que comparezcáis ante el tribunal de Dios, para recibir vuestro justo castigo». Y efectivamente en el plazo de un año ambos fallecieron.
El caso es que la Orden del Temple fue disuelta… oficialmente. Pero no se acaba así como así con una institución tan grande, y desde luego no se capturó a todos los templarios. Además, en determinados países los reyes no estaban por la labor de deshacerse de tan útiles aliados. En la península ibérica, sin ir más lejos, los reinos cristianos todavía estaban pegándose con los moros. Necesitaban a los templarios (entre otros).
En 1319, sólo 5 años después de la disolución de la Orden del Temple, se fundó en Portugal la Orden de Cristo. Era, obviamente, una sucesora de los templarios. Y aunque con cambios sustanciales, como la sumisión a la corona portuguesa o el hecho de que el primer Gran Maestre fuese Don Gil Martínez, caballero de la Orden de Aviz, filial de la calatrava, la Orden de Cristo se estableció en los antiguos dominios templarios, con su sede en Tomar.
Vamos, que aunque no es exacto, es muy razonable considerar a la Orden de Cristo como a la heredera portuguesa de la Orden del Temple.
Lo que nos lleva al año 1490, en que se funda la Cofradía del Cristo Negro en Cáceres.

El Cristo Negro de Cáceres
La leyenda dice que tocar al Cristo Negro sin fe supone la muerte en el acto. Es uno de los motivos por los que los cofrades llevan guantes negros para sacarlo en procesión. También se dice que mirarlo a los ojos estando en pecado provoca la ceguera.
Hay quien piensa que el origen de estas creencias radica en el hecho de que se sacase en procesión en épocas de epidemias y sequías, así como en ejecuciones. Vamos, en momentos muy chungos.
Pero es más creíble que vengan del origen físico de la talla. Al parecer, viene de Etiopía, y está tallado en madera de iroko, un árbol sagrado del que se cree que en él habitan espíritus, y que una vez talado, el espíritu sobrevive en la madera. Una familia judía sería la responsable de traer la talla a Cáceres, aunque no queda claro si lo que importaron fue la talla ya finalizada o la madera en sí. Me quedo con la primera hipótesis, pues al parecer la forma del rostro de Jesús en la talla tiene rasgos característicos de los etíopes.
Al parecer, al madera de iroko tiene una alta oxidación, que sería el motivo por el que adquiere esa tonalidad tan oscura.
¿Y qué tiene que ver con la Orden de Cristo? La imagen está fechada entre 1345 y 1360, poco después de la fundación de la Orden… y más de un siglo antes de la fundación de la Cofradía. Así que su origen parece ser templario, y es probable que la Cofradía tenga sus raíces ahí también.
Hay más leyendas asociadas a este Cristo Negro. Entre ellas está la de que en fotos tomadas durante la procesión aparecen ventanas abiertas (cuando en realidad no se han abierto a su paso), o que a sus pies huele a flores.
Sea como fuere, es una de esas procesiones de Semana Santa que merece la pena contemplar, con recogimiento y respeto.

Otros Cristos y Vírgenes Negras
Sin entrar en muchos detalles, porque esto podría dar lugar a un libro entero, el Cristo Negro de Cáceres no es la única talla en madera negra. De hecho hay muchas más, que podemos agrupar en dos tipos:
- Los Cristos Negros de Centroamérica y México: hay varios Cristos Negros. El más antiguo que se conoce es el de Esquipulas (Guatemala), data de 1595 y el color se debe al ennegrecimiento de la madera con el paso del tiempo. Pero hay muchas otras tallas, y algunas tienen que ver con la conversión de las antiguas religiones centroamericanas, al ser absorbidas por el cristianismo.
- Las Vírgenes Negras: resulta que hay varias tallas de la virgen con color negro, y en buen número están relacionadas con las órdenes de templarios y hospitalarios. Su origen, al parecer, está basado en la relación del culto mariano como continuación del de Isis Atenea (diosa egipcia de la fertilidad y de la tierra) o cualquiera de sus variantes (Belisana para los celtas, etc.). Recomiendo este artículo para saber más. La cosa tiene bastantes implicaciones espirituales, incluyendo posibles inclinaciones alquímicas (como el hecho de que las vestimentas suelan ser de colores rojo y azul, que son los dos colores de la sangre y están presentes en todos los rituales iniciáticos herméticos).
¿Quieres saber dónde aparecen dos tallas negras? En mis novelas: en La rebelión del norte aparece el Monsacro, y aunque el momento en que transcurre aún no estaban construidas, existen allí dos capillas de origen templario (¡dos! ¡en mitad de la nada!) donde se encontró una figura de una Virgen Negra, con leyenda milagrosa asociada. Y en Buscando a Moloney uno de los misterios a los que tiene que hacer frente el profesor Montalvo se refiere al Cristo Negro de Campeche.
Se nota que el tema me parece interesante, ¿verdad?
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